Muchos padres me lo preguntáis: “Mi hijo siempre tiene mocos, ¿podría ser intolerancia a la lactosa?”
La respuesta es que sí, podría serlo, ya que existe la intolerancia a la lactosa, tanto genética como pasajera (sobre todo después de un proceso vírico).
Pero lo más habitual es que los mocos se deban a infecciones víricas repetidas, muy frecuentes en los primeros años de vida, mientras el sistema inmunitario de los niños aprende y madura.
Entonces, ¿qué podemos hacer como padres para ayudarles?
Aquí es donde la PNIE (Psico-Neuro-Inmuno-Endocrinología) nos da una visión global para estimular y fortalecer las defensas de nuestros hijos.
Algunas recomendaciones sencillas que ya podéis aplicar:
Sol y vitamina D: pequeños ratos al sol, sin crema solar y evitando quemarse, ayudan a fabricar vitamina D, clave para la inmunidad.
Salud intestinal: más del 80% del sistema inmunitario vive en el intestino. Observa las digestiones y las heces de tu hijo: deben ser regulares y sin molestias.
Sueño y melatonina: un descanso reparador sin pantallas antes de dormir favorece la producción de melatonina, esencial para las defensas.
Alimentación immune-friendly: añadir alimentos que refuercen la inmunidad: brócoli, ajo cocido, pipas de calabaza, encurtidos, caldo de miso (a partir de los 2 años), ghee para cocinar o hacer tortitas…
✨ La PNIE nos permite adaptar estas estrategias a la biología única de cada niño, y ver cómo potenciar sus defensas de manera integral.
Si quieres saber si los mocos de tu hijo tienen relación con la lactosa, o cómo estimular su sistema inmunitario, podemos valorarlo en consulta y personalizar su plan de salud. https://besafexiela.eu/consulta-nutricio-pnie/